El cargador es una pieza fundamental en los vehículos eléctricos, ya que cumple la función, como cualquier otro dispositivo eléctrico, de transportar la electricidad a las baterías. Estas baterías permiten el uso del vehículo una vez que el dispositivo está encendido.
Los coches eléctricos funcionan igual, pero para garantizar un funcionamiento óptimo es esencial que el cargador se adecúe a las especificaciones técnicas del modelo, a fin no solo de recargar de manera segura y eficaz las baterías, sino de potenciar el rendimiento del cargador para que el vehículo cuente con unas baterías totalmente cargadas la primera vez que se utilice tras la recarga.
¿Qué clases de cargadores para coches eléctricos hay?
En la actualidad, hay varios tipos de cargadores para coches eléctricos, y una de las principales diferencias podemos encontrarlas en sus conectores.
De esta parte del cargador depende precisamente la velocidad de carga del vehículo, por lo que es uno de los elementos en los que antes hay que fijarse, dado que nos puede proporcionar una valiosa información a la hora de catalogarlos.
A grandes rasgos, y en función de donde se mire, hay cinco tipos de cargadores de coches eléctricos, con diferentes niveles máximos de intensidad y de potencia.
- Tipo 1. Es un tipo de cargador que ofrece una intensidad de 34 amperios y tiene una potencia máxima de 7,4 kW. Son aptos para vehículos con una batería de 50 kWh y permite hacer una carga de 0 a 100% en algo más de 7 horas, siempre y cuando las condiciones sean las óptimas.
- Tipo 2.Conocidos como Mennekes, estos cargadores ofrecen mejores prestaciones, alcanzando los 44 kW de potencia. Ofrecen 16 amperios en cargas monofásicas y 63 amperios en cargas trifásicas, permitiendo cargar un vehículo con una batería de 50 kWh en aproximadamente una hora en condiciones adecuadas.
- Tipo Schuko. Los cargadores Schuko son cargadores de toma doméstica. Es el que habitualmente se emplea para casi todo tipo de dispositivos, incluyendo frigoríficos, televisiones y demás. Con una potencia y una intensidad limitadas, son conectores aptos para motos o patinetes eléctricos, o para coches con unas baterías de muy poca capacidad, lo que quiere decir que es un tipo de cargador incompatible para coches de gran autonomía.
- CCS. Los cargadores combinados, comúnmente conocidos como CCS, son los más utilizados en Europa, imponiéndose a los de Tipo 2. Por norma general, ofrece una potencia de entre 43 y 50 kW, sus picos teóricos, y permite recargar un coche eléctrico de 50 kWh en apenas 1 hora.
Su disponibilidad, aunque algo limitada, es cada vez mayor. En Europa ya existen cargadores CCS con más de 100 kW. Los picos han alcanzado los 350 kW, aunque no hay en la actualidad muchos puntos de recarga públicos que ofrezcan potencias tan elevadas.
- ChaDeMo. Es de los tipos de cargadores para coches eléctricos que más sorprende, precisamente por sus baremos en cuanto a intensidad y potencia. La primera no baja de los 125 amperios y alcanza máximos de incluso 200 A, mientras que la potencia tope que es capaz de ofrecer alcanza los 65 kW, muy por encima de lo que ofrecen cargadores como el de Tipo 2 o incluso el CCS, cuyo valor máximo se queda por debajo de lo que un ChaDeMo ofrece.
¿Cuál es la duración real de los cargadores, en comparación con los datos sobre el papel?
A pesar de que siempre se trata de acercar al consumidor los datos más fidedignos posibles a la realidad, en verdad los valores reales en cuanto a tiempos pueden variar en función de cada caso. El modelo de vehículo, el estado de las baterías, y, sobre todo, el tipo de cargador que use tu coche eléctrico, influirán en el resultado final.
Y es que pueden existir, en algunos casos, diferencias significativas entre los valores teóricos que arrojan los fabricantes y los valores auténticos. De hecho, incluso con una misma instalación y un mismo coche eléctrico existen variaciones puntuales, por lo que el nivel de eficiencia de los cargadores puede oscilar.
Partiendo de la base de que el 100% de eficiencia nunca se alcanza, y de que las pequeñas variaciones son normales por las características del producto, sí es necesario echar un vistazo de vez en cuando al cargador para cerciorarse de que no existen alteraciones sustanciales entre los valores teóricos y los que arroja de verdad el cargador. Si las hubiere, sería necesario acudir a un equipo de especialistas para proceder a la reparación o sustitución del cargador.
Otro aspecto fundamental que puede tener que ver en la vida útil de la batería y, por ende, en la eficiencia que muestre el cargador es la batería. Más bien, el estado del litio. Las actuales baterías, hechas de ion-litio, tienden a oxidarse con el paso del tiempo, razón por la cual normalmente no se recomienda nunca dejar la batería cargando al alcanzar el 100%.
Aunque las baterías actuales disponen de un sistema de protección que evita la sobrecarga, lo mejor es retirar la conexión una vez el proceso haya sido completado y las baterías estén listas para su funcionamiento.
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